Poema 12

Desesperación

Hay una agonía que azota sin piedad mi alma cansada, una pena, profunda en equivalencia solo al sentimiento que la ocasiona.

Imbécil, ridículo el impulso masoquista que me obliga a amarte, rompiéndome el alma en mil pedazos solo por esta absurda adicción a tus brazos.

Estúpidamente pensé que tu sentías lo mismo, que te estremecían mis caricias, que había eco en mis palabras, pero tu ya tienes un amor, de esos que siguen un patrón, que son seguros, en los que no hay riesgos, para qué adentrarse a esta locura con un guiñapo de aventurero?

Mi vida era gris, sí, pero ahora la luz hace arcoiris con mis lágrimas como cínicos reflejos de un amor no correspondido, inconcluso, doloroso, absurdo, de esta maldita situación en la que no sé si la vida se ríe conmigo o de mi.

Por qué soy tan idiota? Eres cielo e infierno, eres golpe y caricia, luz y obscuridad, mi más grande alegría y mi más profunda pena. Entre más te quiero, más hondo cala este vacío, esta maldita necesidad de ti, sabes que hice ayer? Y la noche anterior? Y la noche antes de esa? Amarte, me he vuelto un despojo, una caricatura de mi mismo que no hace otra cosa que pensar en ti. Soy una máquina y tu eres mi combustible…

Y a ti te vale madre.